En un pequeño pueblo, el dueño de una gasolinera intentó aumentar las ventas colocando un gran letrero afuera que decía: "Obtén s*x* gratis con cada llenado de tanque".
Un día, Rob conduce hasta la estación, llena el tanque de su auto y pregunta ansiosamente sobre la oferta de s*x* gratis.
El dueño explica el trato: para ganar, debes elegir un número entre 1 y 10. Sintiéndose optimista, Rob exclama: "Hoy es mi cumpleaños y me siento especialmente afortunado. Elijo el número ocho". El dueño hace una pausa y luego responde: "Oh, estuviste muy cerca. El número de hoy era siete, pero no hubo suerte esta vez, no hay premio gratis".
Alrededor de una semana después, Rob regresa para recargar, esta vez con su amigo Marvin. Sin inmutarse, Rob pregunta por su s*x* gratis nuevamente, y el dueño de la gasolinera le hace la misma oferta. Esperanzado, Rob elige el número dos. El dueño niega con la cabeza y dice: "Casi lo logras. El número era tres. Estuviste a uno, pero lamentablemente, no hay premio hoy".
Mientras se alejan, Marvin se vuelve hacia Rob con escepticismo y dice: "Sabes, tengo la sensación de que ese juego es una estafa. No creo que realmente ofrezca s*x* gratis". Rob sonríe y responde: "Es real; mi esposa ganó dos veces la semana pasada".
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