LAS MONJAS
Dos monjas fueron al mercado y se demoraron más de lo esperado.
—Hermana María, ya oscureció y aún estamos lejos del convento.
—Sí, Hermana Dulce… ¿y ya se dio cuenta de que un hombre nos está siguiendo?
—Sí… ¿que querrá?
—Es lógico: ¡violarnos!
—¿Y qué hacemos?
—Lógico: separarnos. Usted por allá, y yo por aquí.
El hombre decidió seguir a la Hermana Dulce.
La Hermana María llegó al convento preocupada. Pasó una hora y, finalmente, llegó la Hermana Dulce.
La Hermana María llegó al convento preocupada. Pasó una hora y, finalmente, llegó la Hermana Dulce.
—¡Hermana! ¿Qué pasó?
—Lógico: comencé a correr… y él también.
—¿Y entonces?
—Lógico: me alcanzó.
—¡Dios mío! ¿Y qué hizo usted?
—Lógico: me levanté el vestido.
—¡Hermana! ¿Y él qué hizo?
—Lógico: se bajó los pantalones.
—¿Y entonces?
—¡Lógico! ¿No es obvio?
¡Una monja con el vestido Levantado corre más rápido que un hombre con los pantalones abajo!
Si pensaste en otro final… ¡Ve preparando el rosario!
Reza 190 Ave Marías y 340 Padres Nuestros.
Pide a Dios que purifique tu mente.
De la red.